Modesto San Juan
Siempre es divertido empezar un proyecto nuevo. Enfrentarte a la toma de decisiones incial: qué lenguaje vamos a utilizar, qué tecnologías, arquitectura, base de datos, cómo vamos a automatizar los despliegues y las pruebas… todo lo relacionado con ese momento de arranque es muy excitante, tenemos una oportunidad de dejar nuestra huella en ese software, de sentirlo nuestro y de hacerlo crecer poniendo en práctica todo el conocimiento que tenemos acumulado, tanto de éxitos como de fracasos.
¿Y qué pasa con el llamado “legacy”? Hay muchos intentos de definir qué es el software legacy, pero normalmente todas tienen una esencia similar: es ese sistema de olor rancio, que da pereza tocar, que tocas porque no te queda más remedio y lo haces con miedo. Con poco glamour, cuyas entrañas te son ajenas, con las que no te identificas a pesar de que puede que seas el artífice de la mayoría de las líneas de código que lo componen.
Pero tener software legacy deberíamos verlo como algo afortunado. Lo desafortunado es desarrollar un software que no llega a salir ni al mercado o que desaparece a los pocos meses de vida. Además, los que sobreviven suelen tener el privilegio de pagar las facturas, proporcionarnos una base de usuarios y darnos el oxígeno (dinero) necesario para intentarlo otra vez con ese nuevo proyecto que nos hará recuperar la ilusión y nos hace pensar en lo bien que podríamos hacer las cosas si empezásemos de nuevo.
En esta charla hablaremos de qué podemos hacer con estos desarrollos legacy para que, en lugar de querer prenderles fuego redentor, busquemos fórmulas para que puedan continuar entre nosotros creciendo y evolucionando dignamente sin que sea una tortura, incluso cuando ya se ha convertido en una. También hablaremos de cómo conseguir su muerte digna, el retiro con honores y de técnicas mixtas que nos puedan ayudar cuando tenemos la suerte de tener un software que lleva con nosotros varios años y que sus capacidades queremos que nos acompañen durante unos cuantos más.